Ya podemos decir que se ha dado por terminada la restitución de los elementos originales a los que se comprometió TMB al realizar la intervención que se está llevando a cabo en la estación Liceo de la L3 del Metro.
Llegaremos al emplazamiento logicamente en Metro, y saldremos a la calle por las bocas correspondientes.
La primera impresión es buena, hace ilusión, más teniendo en cuenta los accesos de inoxidable y cristal que sustituyeron a las clasicas. Corremos a observar con detenimiento los elementos de fundición y descubrimos, gratamente, el emblema de la extinta compañia (Gran Metropolitano de Barcelona), gran alegria y alivio, se ha conseguido.
No se trata de las barandillas de fundición originales, pero en efecto, como dice Fantito, son unas excelentes réplicas, y vienen acompañadas de un pasamanos de latón, no del perfil que debe ser, pero es un detalle a agradecer. Tan solo tienen una pega, son como un palmo más altas que las originales. Puede deberse a algún tipo de normativa u ordenanza municipal que obliga a que los cerramientos de los accesos al suburbano han de tener unas dimensiones en altura determinadas por seguridad. Bien, de acuerdo, un motivo de peso y tiene un pase.
Esa altura excesiva repercute en la altura de las pilonas de piedra que hay situadas en el perimetro del cerramiento, no tienen mal aspecto, en general, pero si son más altas que las originales.
Observando con detenimiento esos elementos pétreos, nos damos cuenta de que el zócalo en el que se apoya todo el cerramiento es algo tosco, viene a ser un prisma rectangular con un bisel en la parte superior. El zócalo original tenia una moldura embellecedora en lugar del bisel. Es un detalle menor, y tambien lo podemos perdonar, más teniendo en cuenta que antes de la intervención esos elementos pétreos habian sido sustitudos en los años 70 por unos espantosos bloques de mármol gris.
A la izquierda la restitución actual, a la derecha el zócalo original.
Sin movernos de las pilonas de piedra nos vamos a su parte superior, rematada por una losa plana, cuando en origen era ligeramente piramidal. Otro detalle menor que también perdonaremos.
De nuevo a la izquierda la pilona actual, a la derecha la original.
Una vez observados los detalles nos apartamos un poco del acceso para tener una visión de conjunto.
Al acceso se le ha tocado el desarrollo de la escalera, con lo cual la boca se ha alargado considerablemente. Esa es una modificación que imponen los tiempos modernos en lo tocante a comodidad del viajero, la solución adoptada es correcta y armoniosa sin alterar el aspecto general del conjunto, con lo que ese detalle tambien es perdonable.
Sin embargo, lo que es realmente imperdonable es la no restitución de la cabecera, se ha tratado todo el perimetro como si de un lateral se tratara.
La cabecera de las bocas del Gran Metro era la parte más importante de los accesos, sus dos columnas de fundición, coronadas con en emblema de la compañia a modo de capitel, y coronadas por una aguja de hierro que remataba el conjunto y les daba más esbeltez si cabe. La función de estas columnas era la de sostener el cartel anunciador de la presencia de la boca y del servicio del ferrocarril subterráneo. En el cartel retroiluminado a ambos lados (osea desde el interior), se podian leer las letras G.METRO. La no restitución de estos elementos implica la no restitución de la parte más importante del conjunto, ya que si bien la mayoria de accesos disponian de cerramiento de fundición, otras lo tenian de balaustrada de piedra, siendo la cabecera, sus columnas, y su cartel, el elemento común a TODAS ELLAS.
A la izquierda la cabecera actual, a la derecha los elementos de fundición cuya función era sostener el cartel anunciador.
Si los elementos ajenos al acceso no permiten hacerse una idea del gran error cometido, compárese con una reproducción virtual.
Esta vez a la izquierda una restitución correcta, a la derecha la restitución realizada.
Es por tanto una verdadera lástima el haber perdido esta oportunidad para hacer las cosas bien hechas, el dinero mal gastado al sustituir por dos veces el acceso y haberlo hecho MAL.
Es una verdadera lástima que tras comprometerse TMB y el ayuntamiento a restituir los elementos originales se haya hecho MAL.
En resumen, es un "pastiche", una "chapuza", un "quiero y no puedo", algo bastante habitual en los ultimos tiempos, en los que todo se hace de ya para ya, sin pararse a pensar, sin prestar el más minimo interés en lo que se hace, y sin preocuparse por el rigor ni el respeto a la historia.
Porque ahora resulta que un neófito ve esos accesos y piensa: "así eran las bocas del Gran Metro", y lo piensa porque es la versión oficial restituida, ese es el gran mal que se hace trabajando de esta forma.
ESO NO ES UNA BOCA DEL GRAN METROPOLITANO DE BARCELONA.
Saludos desolados.
BCN Término.
Alex Reyes.