252-071 escribió:Francisco Javier escribió:Los Chilenos se quejan de las 269,que dicen que dan muchos problemas.No me extraña,a quien se le ocurre poner una 269 no chopper a 200km/h
borjagm319 escribió:Si, a 200km/h no se, yo habia escuchado a 180 km/h. Pero vamos, teniendo en cuenta que proceden de 269-9, que no pasaban de 140 km/h...
Voy a contar un poco de historia para que saquen sus conclusiones.
Los servicios a los que fueron asignados las 269 eran realizados antiguamente por locomotoras del tipo E-32 (C+C) las que poseían un gran poder de arrastre y eran capaces, en temporada alta, de tirar fácilmente un tren de 25 piezas. Ese era su fuerte, pero en velocidad muy rara vez pasaban de 130 Km/h. Poseían 3 velocidades y 18 puntos por cada una donde una de estas máquinas a carga normal a máxima velocidad marcaban 300 a 400 amperes. También poseían frenado por regeneración, pero este no se utilizó nunca en el tramo de Santiago al sur dado que las viejas subestaciones eléctricas italianas no soportaban esa función.
El primer viaje en pruebas de una 269 echó a tierra 2 subestaciones, dejando un par de automotores tirados y eso causó una gran conmoción dentro del personal de tracción (maquinistas). En los cursos al personal se hizo recalcó que este tipo de máquinas no era recomendable forzarlas mucho ya que eso producía un sobre consumo (...).
Las 269 llegaron justamente durante un proceso de recambio del personal de tracción, donde los maquinistas "de la vieja escuela" fueron pillando las "mañas" rápidamente y no tuvieron mayores inconvenientes a pesar de que en variadas ocasiones debieron ir al mando de un tren largo (+ de 10 piezas). Sin embargo, los más nuevos siempre tenían inconvenientes. El más común: el tren "se les aplicaba" (término usado en Chile para decir que un tren se frena). La conclusión fue que a este personal le costó asimilar el eficaz sistema de freno basado en una palanca tan pequeña que bien podía parecer un lápiz y así el tema del consumo pasó a un segundo plano siendo superado por completo.
Hoy en día, los maquinistas "de la vieja escuela" son contados con los dedos de una mano, lo que sumado al hecho de la suspensión de los servicios que utilizaban locomotoras 269 produjo un cierto desconocimiento de la máquina. Así es como cuando se requiere echar mano a estas locomotoras es normal que sea algún novato quien tome el mando y provoque los mismos inconvenientes producidos en los primeros viajes de las 269.
Ahora bien, fallas puntuales... pérdida de potencia, patinaje y recalentamiento. Más los daños provocados por los ya "normales" accidentes que deben sortear a diario los trenes en este país (desde barricadas en la vía pasando por automóviles, camiones, animales y humanos que insisten en conocer el tren "por abajo"). De hecho, hace pocas semanas un 444 (específicamente el ex 444.005, ahora llamado UTS-606) quedó practicamente desintegrado luego de colisionar con un camión.
De los coches no hay mucho de que quejarse, solo algunas fallas esporádicas en el aire acondicionado (aunque bastante común esta falla en los 440 R de Metrotren debido a la mala ubicación de los enfriadores y la dudosa calidad de los sistemas TMI) más algunas fallas de traspaso de energía entre coches.
La opinión general del viajero respecto al servicio: los asientos de la clase turista son demasiado incómodos, muy por debajo del promedio de lo que acá ofrecen las empresas de buses. La clase preferente... un 10.
En cuanto a velocidades, solo debo decir que acá el uso es normal pero cuando se tiene que correr, se hace... y no importando el equipo del cual se trate. Con mis propios ojos he visto 440 y 444 a 170 Km/h y 269 llegando a los 175 Km/h.
Bueno, con todos estos antecedentes y siendo objetivo creo que el problema es la formación del personal de tracción. Los más experimentados tuvieron problemas y... aprendieron, pero de las nuevas generaciones quizás que podemos esperar.
Saludos.