por Pere » Lun Feb 07, 2005 12:36 pm
Decía el inmortal Charles Chaplin: "El día que no ríes, es un día perdido". No perdamos entonces este día:
En cierta ciudad hay dos familias que quieren casar a las hijas; pero no hay chicos adecuados en el pueblo, así que deciden unirse para buscarlos por los pueblos de los alrededores.
Encuentran dos excelentes partidos, y los invitan a que vayan a conocer el pueblo, pero resulta que uno de ellos se arrepiente por el camino, y sólo uno de ellos llega al pueblo.
El muchacho es una verdadera joya, conoce y trata a las chicas de ambas parejas y, en el ardor de su juventud les promete amor a las dos al mismo tiempo.
Lo cierto es que se produce un escándalo terrible entre las familias hasta que, finalmente, deciden convocar al Juez del Pueblo para que medie en el asunto.
El Juez habla con el muchacho, con las chicas, con las familias y se da cuenta que será difícil resolver el embrollo por lo que decide usar el viejo truco del Rey Salomón.
Convocadas todas las partes, el Juez con toda la solemnidad posible indica su solución:
- Lo que haremos es muy simple: partiremos al chico por la mitad, y le daremos un trozo a cada familia para que no hayan discusiones.
Entonces, la madre de una de las novias dice:
- No, por favor, pobre muchacho, como le van a hacer eso!!!
Pero la segunda madre dice:
- ¡Eso, eso, que lo partan, que lo descuarticen!
Entonces, el juez mira a la segunda madre y decide:
- El chico se casa con su hija, ¡Usted es la verdadera suegra!